Destacado:

  1. De gigante tecnológico a magnate de la “hamburguesa crujiente”: Descubre cómo el fundador de Bingz, un ex genio de la tecnología en Tencent y Baidu, está revolucionando la escena global de la comida rápida con un humilde street food de China.
  2. La “hamburguesa crujiente” que conquista el mundo: Olvídate de todo lo que creías saber sobre la comida china. El “rou jia mo”, la insignia de Bingz, está a punto de convertirse en la próxima obsesión mundial por la comida reconfortante.
  3. Conquistando Canadá, con la mirada puesta en Estados Unidos: Bingz no solo sueña en grande; ya lo está logrando. Descubre cómo esta cadena china está superando a gigantes mundiales en Canadá y se prepara para una gran expansión en Estados Unidos.
  4. Más que una comida, es un movimiento cultural: Bingz tiene la misión de cambiar la forma en que el mundo experimenta la comida china, un bocado crujiente y sabroso a la vez.
  5. El futuro de la comida rápida se sirve crujiente: Echa un vistazo exclusivo a cómo Bingz está reinventando la comida rápida informal, combinando sabores auténticos, eficiencia basada en datos y un compromiso con la expansión global.

Camina por una calle bulliciosa en casi cualquier ciudad importante del mundo y es probable que te encuentres con una imagen familiar: los arcos dorados de McDonald’s, el brillo reconfortante de una tienda Starbucks o el letrero en forma de submarino de Subway llamando a los transeúntes hambrientos. Estas cadenas occidentales de comida rápida se han arraigado profundamente en el panorama cultural global, sus logotipos son instantáneamente reconocibles y sus menús son familiares para millones. Sin embargo, en medio de este mar de cocina globalizada, persiste una deliciosa ironía: la comida china, posiblemente una de las tradiciones culinarias más queridas del mundo, sigue estando ausente en gran medida de la escena global de la comida rápida.

Entra en escena la hamburguesa china.

Ya presentamos la tendencia de desarrollo de la hamburguesa china en un artículo, que casi se hizo realidad en 2023. Sin embargo, una de las marcas es diferente. Fue fundada hace 10 años y su nombre es Bingz.

Conocida anteriormente como “Xi Shao Ye” en su mercado doméstico de China, Bingz tiene la misión de cambiar esta narrativa, una hamburguesa crujiente a la vez. La oferta estrella de la empresa, el “rou jia mo” (肉夹馍), es un street food básico de Xi’an, China, engañosamente sencillo pero increíblemente sabroso. Imagina un pan plano perfectamente crujiente, hecho a mano y que envuelve carnes sabrosas guisadas a fuego lento, hierbas frescas y una mezcla tentadora de especias. Esto, en esencia, es el “rou jia mo”, un plato que Bingz cree que tiene todo lo necesario para convertirse en una comida reconfortante a nivel mundial.

La ambición de Bingz va mucho más allá de simplemente introducir un nuevo sabor al mundo. La visión de la empresa es clara: convertirse en una marca de comida rápida reconocida y respetada a nivel mundial, situándose hombro con hombro con los gigantes de la industria y compartiendo los sabores únicos de la cocina china con el mundo.

Al frente de esta ambiciosa carga se encuentra el fundador Meng Bing, un ex emprendedor tecnológico que cambió las líneas de código por cocinas humeantes y el chisporroteo de los panes planos sobre la parrilla. Su viaje, del mundo de los algoritmos y el desarrollo de aplicaciones al corazón del mundo culinario, es un testimonio de su inquebrantable creencia en el potencial global del “rou jia mo” y su compromiso inquebrantable con la construcción de una marca que encarne tanto la tradición culinaria china como la comida rápida informal moderna.

El nacimiento de un imperio de la “hamburguesa crujiente”

El camino de Meng Bing hacia el emprendimiento culinario fue todo menos convencional. Graduado de la Universidad Xi’an Jiaotong, una de las mejores escuelas de ingeniería de China, la carrera temprana de Meng estuvo muy lejos de las cocinas humeantes y los panes planos chisporroteantes. Se curtió en el acelerado mundo de la tecnología, perfeccionando sus habilidades en gigantes de la industria como Tencent y Baidu. Sin embargo, a pesar de su éxito en el ámbito tecnológico, Meng albergaba una creciente sensación de inquietud. Anhelaba construir algo tangible, algo que conectara con la gente a un nivel más profundo que las líneas de código jamás podrían lograr.

Este anhelo lo llevó de regreso a sus raíces, a los sabores reconfortantes y familiares de su infancia en Xi’an. El “rou jia mo”, un street food básico omnipresente en Xi’an, ocupaba un lugar especial en su corazón. En este humilde plato vio el potencial de algo mucho más grande, algo que podía trascender las fronteras culturales y cautivar los paladares de los comensales de todo el mundo.

Meng Bing, el fundador de Bingz.

Impulsado por esta visión, Meng dio un salto de fe, dejando atrás el mundo de la tecnología para lanzar Xi Shao Ye, la marca que más tarde se convertiría en Bingz. En 2014, la primera tienda de Xi Shao Ye abrió sus puertas en el bullicioso distrito de Wudaokou de Beijing, un barrio lleno de estudiantes y jóvenes profesionales. El pequeño local de 10 metros cuadrados se convirtió rápidamente en una sensación, atrayendo multitudes con su promesa de “rou jia mo” fresco y sabroso servido con un toque de eficiencia tecnológica.

Pero, ¿qué es exactamente un “rou jia mo” y qué lo hace tan especial? Imagina, si quieres, un cruce entre una hamburguesa y un sándwich de carne desmenuzada, pero con un toque chino distintivo. El “mo”, que a menudo se traduce como “hamburguesa crujiente”, está hecho de una masa simple que se rompe a mano y se cocina a la plancha para lograr un exterior crujiente irresistible y un interior suave y masticable. Esta “hamburguesa” se rellena entonces con una selección de rellenos sabrosos, siendo el más popular el “lao rou”, una panceta de cerdo guisada a fuego lento marinada en una mezcla secreta de especias y cocida a fuego lento hasta que quede tierna.

La sencillez del “rou jia mo” oculta su profundidad culinaria y su adaptabilidad. Al igual que la hamburguesa se ha reinventado sin cesar con innumerables ingredientes y variaciones, el “rou jia mo” ofrece un lienzo en blanco para la creatividad culinaria. Se puede personalizar para adaptarse a los gustos y preferencias locales, sin dejar de conservar su identidad central como una comida reconfortante, satisfactoria y portátil. Meng creía que esta adaptabilidad inherente era la clave de las ambiciones globales de Bingz.

Los primeros días de Xi Shao Ye fueron un torbellino de éxito y dolores de crecimiento. El posicionamiento único de la marca como un local “famoso en Internet”, junto con la convincente historia de Meng como un técnico convertido en restaurador, cautivó la imaginación tanto de los comensales como de los inversores. Sin embargo, esta rápida ascensión no estuvo exenta de desafíos. Los conflictos internos dentro del equipo fundador, que se desarrollaron a la vista del público, pusieron a prueba la estabilidad de la joven empresa. Además, factores externos, como el brote de la peste porcina africana en 2018, enviaron ondas expansivas a través de la industria porcina, aumentando el costo de los ingredientes y obligando a Meng a repensar su estrategia de cadena de suministro.

A pesar de estos obstáculos iniciales, la creencia de Meng en su visión nunca vaciló. Reconoció que para construir una marca duradera, debía abordar los crecientes dolores de la empresa y encontrar soluciones innovadoras a los desafíos que se avecinaban. Estos desafíos, sabía, eran simplemente peldaños en el camino hacia la construcción de un imperio de la “hamburguesa crujiente”.

Resistiendo las tormentas: Resiliencia y reinvención

El camino hacia la construcción de un negocio exitoso, especialmente en la industria alimentaria, notoriamente competitiva, rara vez es fácil. Bingz, a pesar de su éxito inicial y su trayectoria prometedora, no fue inmune a estos desafíos. De hecho, la empresa se enfrentó a una tormenta perfecta de presiones internas y externas que pondrían a prueba su temple y la obligarían a adaptarse para sobrevivir.

La ruptura pública entre los miembros del equipo fundador de Bingz, detallada en una serie de apasionados blogs y entrevistas con los medios, puso de manifiesto los dolores de crecimiento de una empresa joven que luchaba con el éxito rápido. Las desavenencias sobre la estrategia empresarial, las acciones de capital y la dirección futura de la empresa llevaron a una separación muy pública y acalorada, dejando la reputación de la empresa magullada y su futuro incierto.

Justo cuando Bingz navegaba por estas luchas internas, un desafío mucho mayor surgió en el horizonte: la pandemia de COVID-19. La crisis sanitaria mundial envió ondas expansivas a través de la industria de restaurantes, obligando a cierres generalizados, interrumpiendo las cadenas de suministro y alterando drásticamente el comportamiento de los consumidores. En China, donde Bingz había establecido su base, el impacto fue inmediato y severo. Los cierres por confinamiento paralizaron las operaciones de los restaurantes y el futuro parecía precario en el mejor de los casos.

Sin embargo, fue durante estos tiempos tumultuosos cuando el liderazgo de Meng Bing realmente salió a la luz. Mientras muchos empresarios luchaban por mantenerse a flote en medio de la incertidumbre, Meng afrontó los desafíos de frente con una determinación decisiva e inquebrantable. No vio la pandemia como un obstáculo insuperable, sino como un crisol, una prueba de resiliencia que finalmente forjaría una empresa más sólida y adaptable.

Ante la desalentadora realidad de una pandemia global, Meng tomó una decisión audaz que definiría la trayectoria de Bingz: duplicó los planes de expansión internacional de la empresa. En un momento en que muchos le aconsejaban que redujera las pérdidas y se replegara hacia adentro, Meng vio una oportunidad para aprovechar el momento y consolidar la posición de Bingz en un mercado en rápida evolución.

Este inquebrantable compromiso con la visión de la empresa no estuvo exento de desafíos. El cierre global había paralizado las cadenas de suministro, haciendo increíblemente difícil obtener ingredientes y equipos para las nuevas ubicaciones internacionales. La expansión canadiense de la empresa, que ya estaba en marcha cuando llegó la pandemia, se enfrentó a obstáculos logísticos y retrasos sin precedentes. Sin embargo, Meng se mantuvo firme en su creencia de que el futuro de Bingz estaba más allá de las fronteras de China.

Paralelamente a la navegación de las complejidades de la expansión internacional, Meng reconoció que Bingz necesitaba fortalecer sus operaciones internas para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo. La empresa se embarcó en un período de reinvención estratégica, centrándose en tres áreas clave:

1. Forjando una cadena de suministro resistente y rentable: El brote de la peste porcina africana había puesto de manifiesto las vulnerabilidades de depender de proveedores externos para obtener ingredientes clave. Meng decidió construir una cadena de suministro más sólida y autosuficiente, que pudiera resistir las fluctuaciones del mercado y garantizar una calidad constante. Esto implicó invertir en nuevas tecnologías, establecer relaciones directas con los agricultores y explorar fuentes alternativas de proteínas. El resultado fue una cadena de suministro más ágil y eficiente que dio a Bingz un mayor control sobre sus costos y la obtención de ingredientes.

2. Abrazando la optimización basada en datos: Meng, con su experiencia en tecnología, reconoció el poder de los datos para optimizar las operaciones y mejorar el compromiso de los clientes. Bingz invirtió fuertemente en el desarrollo de sistemas digitales patentados para realizar un seguimiento de todo, desde el historial de pedidos de los clientes hasta los niveles de inventario y el rendimiento del personal. Estos sistemas proporcionaron información valiosa que permitió a Bingz agilizar las operaciones, reducir el desperdicio y adaptar sus ofertas para satisfacer mejor las preferencias locales.

3. Cultivando talento y consistencia a través de la formación: A medida que Bingz expandía su huella, tanto a nivel nacional como internacional, garantizar una calidad y un servicio consistentes en todas las ubicaciones se volvió primordial. Reconociendo que una empresa es tan sólida como su gente, Meng priorizó la creación de un programa de formación sólido. Este programa, diseñado para inculcar los valores fundamentales y los estándares operativos de Bingz, proporcionó a los empleados las habilidades y el conocimiento necesarios para brindar experiencias excepcionales a los clientes.

Estos cambios estratégicos, nacidos de la adversidad y ejecutados con un enfoque inquebrantable, transformaron a Bingz en una organización más ágil, resiliente y basada en datos. Estas mejoras internas, aunque a menudo operaban entre bastidores, se demostrarían tan cruciales para el éxito de Bingz como su deliciosa comida y sus aspiraciones globales.

Conquistando nuevas tierras: Bingz se globaliza

Si bien la pandemia de COVID-19 puso de rodillas a la industria restaurantera global, Meng Bing vio una oportunidad en medio del caos. Estaba inquebrantable en su convicción de que el “rou jia mo”, con sus sabores satisfactorios y su formato adaptable, tenía un atractivo universal. Imaginó un futuro en el que Bingz se situaría junto a los gigantes globales de la comida rápida, no solo como una novedad, sino como un pilar, una opción de referencia para una comida rápida, deliciosa y satisfactoria.

Esta convicción impulsó los ambiciosos planes de expansión internacional de Bingz. La empresa puso la mira en Norteamérica, un mercado con un panorama culinario diverso y un amor profundamente arraigado por la comida sabrosa y conveniente. Canadá, con su población multicultural y su enfoque abierto a la cocina internacional, se presentó como el campo de pruebas perfecto para las ambiciones globales de Bingz.

Los desafíos de lanzar una nueva marca de restaurantes en un mercado extranjero, incluso en los mejores tiempos, son considerables. Hacerlo durante una pandemia global, con restricciones de viaje, interrupciones en la cadena de suministro y un comportamiento cambiante de los consumidores, parecía una locura para muchos. Sin embargo, Meng y su equipo perseveraron.

En mayo de 2021, la primera tienda canadiense de Bingz abrió sus puertas en el Yorkdale Mall de Toronto, uno de los principales destinos comerciales del país. A pesar de la pandemia en curso, la emoción por esta nueva llegada culinaria era palpable. El boca a boca se extendió rápidamente, impulsado por el entusiasmo en las redes sociales y el atractivo de experimentar un sabor de China, reimaginado para el paladar canadiense. Las colas serpenteaban por el centro comercial, desafiando las normas de distanciamiento social mientras los clientes ansiosos esperaban pacientemente para poner sus manos en las hamburguesas crujientes emblemáticas de Bingz.

La ubicación del Yorkdale Mall se convirtió en un éxito instantáneo, superando incluso las proyecciones más optimistas. Los medios canadienses no podían tener suficiente de esta sensación de comida rápida informal china, con publicaciones como BlogTO y Toronto Life elogiando las deliciosas ofertas de Bingz y su ambiente moderno e acogedor. El “rou jia mo”, rebautizado como la “hamburguesa crujiente” más accesible, se convirtió en un éxito viral, con clientes que deliraban por su textura única y sus rellenos sabrosos.

Sin embargo, el éxito de Bingz en Canadá no se debió únicamente a su factor de novedad. Meng comprendió que para realmente conectar con el público local, la adaptación era clave. Bingz estudió meticulosamente los gustos y preferencias locales, incorporando ingredientes y sabores canadienses a su menú, sin dejar de ser fiel a sus raíces culinarias chinas.

Este compromiso con la localización llevó a la creación de platos como el “rou jia mo” de pollo al curry con mantequilla, una inteligente fusión de sabores chinos e indios que rápidamente se convirtió en un favorito de los clientes. Esta mezcla estratégica de autenticidad y adaptación resultó ser una fórmula ganadora, demostrando la capacidad de Bingz para atraer a un público más amplio sin sacrificar su identidad única.

Más allá de la aclamación de la crítica, el éxito de Bingz en Canadá se ha traducido en un rendimiento financiero impresionante. Según los informes de los medios canadienses, se estima que los ingresos de la única tienda de Bingz se encuentran entre los más altos del panorama de comida rápida informal canadiense, superando incluso a las cadenas internacionales establecidas como Starbucks y Subway. Este logro notable habla de la fortaleza de la marca Bingz, el atractivo universal de su producto y la astucia empresarial de su equipo directivo.

Con una serie de éxitos en Canadá, Bingz ahora pone la mira en el mercado estadounidense, aún más grande y competitivo. La empresa está adoptando un enfoque estratégico para su expansión en Estados Unidos, aprovechando las lecciones aprendidas de su experiencia canadiense para garantizar un despliegue fluido y exitoso.

Un componente clave de esta estrategia es el establecimiento de una cocina central en San Diego, California. Esta instalación de última generación servirá como centro regional para las operaciones estadounidenses de Bingz, asegurando una calidad constante y una distribución eficiente a medida que la empresa expande su huella. La cocina central también desempeñará un papel crucial en el compromiso de Bingz con el abastecimiento local, lo que permitirá a la empresa asociarse con agricultores y proveedores locales para obtener ingredientes frescos y de alta calidad.

La primera ubicación de Bingz en Estados Unidos está programada para abrir en San Diego a fines de 2023. Esta ubicación elegida estratégicamente, conocida por su vibrante escena culinaria y su población diversa, servirá como plataforma de lanzamiento para los ambiciosos planes de Bingz para llevar su marca única de comida rápida informal de inspiración china al mercado estadounidense.

El viaje de un solo local de 10 metros cuadrados en Beijing a una marca global en ciernes ha sido todo menos lineal para Bingz. Sin embargo, a través de todo esto, la inquebrantable creencia de Meng Bing en su visión, su disposición a adaptarse y su compromiso con la construcción de una empresa que valora tanto la tradición como la innovación han permanecido constantes. A medida que Bingz se embarca en este emocionante nuevo capítulo de su historia, una cosa es segura: el mundo tiene hambre de lo que Bingz tiene para ofrecer.

Mirando hacia el futuro: Un futuro servido crujiente

El viaje de Bingz, desde un solo local modesto en Beijing hasta el borde de un imperio global de comida rápida informal, es un testimonio del poder de la visión, la resiliencia y una maldita buena hamburguesa crujiente. Es una historia de abrazar los desafíos como oportunidades, de mantenerse fiel a las raíces mientras se adapta audazmente a nuevos paisajes y de nunca perder de vista el objetivo final: compartir los simples placeres de la comida reconfortante china con el mundo.

Meng Bing, la fuerza impulsora detrás de Bingz, no es de los que se quedan dormidos en los laureles. Él imagina un futuro en el que Bingz no sea solo una cadena de restaurantes exitosa, sino un nombre familiar sinónimo de comida china deliciosa, asequible y culturalmente auténtica. Sueña con un mundo en el que las familias desde San Diego hasta Singapur se reúnan alrededor de mesas para disfrutar del crujido satisfactorio de una hamburguesa crujiente, el rico aroma de la panceta de cerdo guisada a fuego lento llenando el aire y el leve calor del aceite de chile flotando en sus papilas gustativas.

Lograr esta visión requerirá más que servir comida sabrosa. Meng comprende que el éxito de Bingz depende de su capacidad para navegar por el complejo y cambiante panorama de la industria global de la comida rápida. Esto significa continuar innovando, perfeccionar sus operaciones y adaptar su menú a los gustos locales, sin dejar de ser fiel a su herencia culinaria china.

Pero las ambiciones de Meng se extienden más allá del mero dominio del mercado. Él ve el éxito de Bingz como un peldaño hacia algo aún más grande: cambiar la forma en que el mundo percibe la comida y la cultura china. Durante demasiado tiempo, la cocina china fuera de China ha sido relegada a cajas de comida para llevar grasosas y comedores tenuemente iluminados. Bingz, con su estética moderna, su compromiso con los ingredientes frescos y su énfasis en la transparencia, está desafiando estos estereotipos, mostrando la diversidad y la sofisticación de las tradiciones culinarias chinas de una manera que resuena con una audiencia global.

A medida que Bingz continúa su expansión global, es probable que su impacto se sienta mucho más allá de las paredes de sus restaurantes. Con cada hamburguesa crujiente servida, cada cuenco de fideos picantes sorbido y cada taza de té de jazmín sorbida, Bingz está desmoronando ideas preconcebidas e invitando al mundo a experimentar los verdaderos sabores de China.

Esta no es simplemente una historia sobre la construcción de una cadena de restaurantes; es una historia sobre el intercambio cultural, sobre unir continentes a través del poder de la comida y sobre demostrar que un humilde street food, con los ingredientes adecuados y una visión audaz, puede realmente conquistar el mundo, un bocado crujiente a la vez. El futuro de la comida rápida está a punto de volverse mucho más interesante, y es posible que se sirva con un toque de aceite de chile.


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