Here is the translated content from English to Spanish, adjusted to sound natural for a Spanish-speaking audience while retaining the original meaning. I have placed the translated text back into the original HTML structure as provided.

En el gran escenario de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, los titulares suelen estar dominados por grandes protagonistas: la soja, los semiconductores y las extensas cadenas de fabricación global que definen el comercio moderno. Sin embargo, detrás de estas batallas de alto perfil, se ha librado un conflicto mucho más peculiar y, de alguna manera, más revelador: una lucha por algo tan humilde como las patas de pollo. Recientemente, un internauta estadounidense llamado Luis se encontró en el centro de un debate sorprendentemente acalorado en línea tras publicar en Xiaohongshu, una popular plataforma de redes sociales china, sobre lo que denominó la “guerra comercial de las patas de pollo entre Estados Unidos y China”.1 Las apasionadas respuestas de comentaristas tanto chinos como estadounidenses dejaron claro cómo este subproducto avícola, aparentemente insignificante, se convirtió en un símbolo inesperado de una disputa económica mucho más amplia.

Quizás estés pensando: “¿Una guerra comercial… por patas de pollo? ¿En serio?” Y precisamente por eso esta historia es tan fascinante. Nos permite descubrir las capas de complejidad y, a menudo, desconcierto, detrás del funcionamiento real del comercio global. Revela cómo las profundas diferencias culturales pueden moldear realidades económicas y crear puntos de presión inesperados. Además, demuestra que incluso los productos más ignorados, aquellos literalmente desechados en un país mientras son apreciados en otro, pueden convertirse en piezas clave en el juego de alto riesgo de las relaciones internacionales.

Esto no es solo una anécdota curiosa. La historia de las patas de pollo, o “patas” como se les suele llamar en la industria avícola estadounidense, ofrece un caso de estudio clarísimo. Muestra cómo China, al aprovechar astutamente su enorme poder de mercado y un profundo entendimiento de las asimetrías culturales y económicas relacionadas con este producto, navegó estratégicamente un conflicto comercial específico en su beneficio. Al hacerlo, dejó a muchos proveedores estadounidenses, que alguna vez dominaron este mercado nicho, enfrentando un considerable impacto económico y un panorama comercial radicalmente transformado.1 La disputa por las patas de pollo es un ejemplo contundente de cómo funciona el aprovechamiento asimétrico en el comercio internacional: el subproducto de bajo valor de una nación es un manjar en otra, y esta brecha de valoración puede ser explotada estratégicamente. Esta “microbatalla” también refleja cambios más amplios en el poder económico global, donde mercados de consumidores inmensos como el de China pueden dictar cada vez más las condiciones y reconfigurar las cadenas de suministro globales, incluso para productos que podrían parecer menores en el escenario mundial.

Las “Garras de Fénix” frente a la parte olvidada: Un relato de dos apetitos (y economías)

Para entender cómo las patas de pollo se convirtieron en un improbable punto de conflicto en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, primero hay que comprender la enorme diferencia en la percepción cultural y la valoración económica de este producto entre ambas naciones. Lo que en Estados Unidos es mayormente un desecho industrial, en China es un básico culinario muy querido.

“Feng Zhua” (凤爪) – Una estrella culinaria china

En China, las patas de pollo, a menudo denominadas poéticamente como “Feng Zhua” o “Garras de Fénix”, son mucho más que un simple alimento; son una institución cultural. Son una atracción estrella en los restaurantes de dim sum cantoneses, donde suelen guisarse o cocerse al vapor con judías negras fermentadas, chile y otras especias hasta que la piel y los tendones adquieren una textura gelatinosa deliciosa y absorben los sabores intensos.1 Más allá de la mesa de “yum cha”, las patas de pollo son un aperitivo omnipresente. Las encontrarás hirviendo en caldos sabrosos en puestos callejeros, en los menús de los KTV (karaoke) y, lo que más llama la atención a un observador casual, vendidas en paquetes sellados al vacío en cada tienda de conveniencia y supermercado, marinadas en una variedad de sabores que van desde picante hasta dulce-salado. Su atractivo no radica en la carne, sino en la textura única, masticable y rica en colágeno de la piel, el cartílago y los tendones, una experiencia sensorial muy valorada en la gastronomía china.2

La escala de esta preferencia culinaria es impresionante. Se estima que China consume la asombrosa cifra de 33.600 millones de patas de pollo al año. Eso equivale a casi 100 millones de patas de pollo cada día, representando aproximadamente el 80% del consumo global de este producto.3 Esta demanda insaciable ha creado un mercado interno gigantesco. También significa que lo que a menudo llega a China como una materia prima agrícola importada de bajo costo experimenta una transformación de valor significativa. Recientemente, el término “asesinos de patas de pollo” (鸡爪刺客 – jīzhuǎ cìkè) se ha hecho tendencia en las redes sociales chinas, refiriéndose a patas de pollo envasadas premium, a menudo deshuesadas y con sabores elaborados, que pueden alcanzar precios sorprendentemente altos. Por ejemplo, algunas patas de pollo deshuesadas con sabor a limón de marcas reconocidas se han visto a la venta por hasta 99 RMB por jin (una unidad de peso china equivalente a 500 gramos), lo que se traduce en más de 13 dólares por libra.3 Aunque no todas las patas de pollo alcanzan precios tan elevados –las frescas y crudas en los mercados locales pueden costar entre 25 y 30 RMB por jin–, este fenómeno subraya la fuerte demanda interna y la significativa agregación de valor que ocurre dentro de los sectores de procesamiento y venta al por menor de alimentos en China.

Patas de pollo – Un subproducto industrial estadounidense

La perspectiva estadounidense sobre las patas de pollo no podría ser más distinta. En Estados Unidos, donde la industria avícola está abrumadoramente enfocada en producir pechugas, alas y muslos para un mercado que valora la cantidad de carne, las patas de pollo son consideradas en gran medida un subproducto no comestible.2 Para la mayoría de los consumidores estadounidenses, no tienen ningún atractivo culinario. En consecuencia, si no se exportan, el destino de miles de millones de patas de pollo al año es ser procesadas en plantas industriales para convertirlas en componentes de bajo valor para alimentos de animales o mascotas.4

Esta divergencia cultural tiene profundas consecuencias económicas. Para los productores avícolas estadounidenses, el mercado chino representaba una oportunidad de oro para transformar un flujo de desechos en un generador significativo de ingresos. Exportar patas de pollo a China podía generar precios que oscilaban entre 0,80 y 1,00 dólar por libra.4 Sin embargo, si se vendían localmente para alimento animal, el valor caía hasta un 90%, quedando entre 0,05 y 0,10 dólar por libra.4 Esta enorme diferencia de precios era la base económica que sustentaba el comercio de patas de pollo entre Estados Unidos y China. Para los principales procesadores avícolas estadounidenses como Tyson Foods, este canal de exportación no era insignificante. Perderlo, como se estima,4 podría traducirse en pérdidas anuales cercanas a los 250 millones de dólares para una empresa de ese tamaño. En 2022, por ejemplo, Estados Unidos exportó aproximadamente 133.700 toneladas métricas de patas de pollo a China, generando ingresos de alrededor de 550,4 millones de dólares.4 Este subproducto, considerado algo secundario en su mercado de origen, se había convertido en un negocio de exportación de miles de millones de dólares gracias casi exclusivamente al apetito chino. Sin embargo, esta dependencia, nacida de diferencias culturales en los gustos, resultó ser una vulnerabilidad crítica. La alta valoración por parte de los consumidores en China creó una sólida cadena de valor doméstica, incentivando a los importadores chinos a asegurar el suministro y dándoles ventaja, en marcado contraste con Estados Unidos, donde el producto tenía un valor de mercado intrínseco mínimo.

Una historia de aves: Preparando el terreno para el conflicto – Desde la gripe aviar hasta los primeros enfrentamientos

El comercio de patas de pollo entre Estados Unidos y China no surgió de la noche a la mañana, ni sus problemas recientes aparecieron de la nada. Un vistazo al pasado revela una historia de dominio significativo en el suministro por parte de Estados Unidos, marcada por interrupciones que anticiparon conflictos posteriores.

Estados Unidos como proveedor dominante (antes de la interrupción)

Durante muchos años, Estados Unidos fue, sino el, un proveedor clave de patas de pollo para el enorme mercado chino. Antes de que la guerra comercial y otras grandes interrupciones tuvieran un impacto total, los productores avícolas estadounidenses enviaban aproximadamente 400.000 toneladas de patas de pollo a China cada año, un periodo que se concentra principalmente antes de 2015.5 Para poner esto en perspectiva, este volumen equivalía a unos 50 contenedores de transporte llenos de patas de pollo cada día.5 Esto estableció a Estados Unidos como una fuente esencial, casi indispensable, para los importadores chinos que buscaban las patas “jumbo”, más grandes y carnosas, a menudo preferidas por los consumidores chinos sobre las variedades producidas localmente.6

La prohibición por gripe aviar de 2015 – Un punto de inflexión crítico

Un momento clave que alteró significativamente esta dinámica comercial ocurrió en 2015. Un brote de influenza aviar altamente patógena (HPAI, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos llevó a China a imponer una prohibición total sobre las importaciones de aves de corral estadounidenses.5 Aunque estas prohibiciones son una práctica internacional estándar en respuesta a brotes de enfermedades animales, lo notable fue su duración. Estados Unidos fue oficialmente declarado libre de esta cepa particular de HPAI en agosto de 2017. Sin embargo, China fue notablemente lenta en levantar sus restricciones de importación.5 La prohibición sobre las aves de corral estadounidenses solo se derogó formalmente en noviembre de 2019.7 Este retraso de casi dos años y medio entre la certificación de ausencia de enfermedad en Estados Unidos y la reapertura del mercado chino sugirió que las preocupaciones fitosanitarias podrían no haber sido el único factor que influía en la política comercial de Pekín. Este periodo probablemente obligó a los importadores chinos a comenzar a desarrollar seriamente cadenas de suministro alternativas, un movimiento que más tarde resultaría estratégicamente significativo. La prohibición prolongada, a pesar de la certificación científica, podría interpretarse como China probando la capacidad de su mercado para adaptarse sin un proveedor clave, quizás de manera inadvertida (o intencional) utilizando medidas fitosanitarias como una barrera no arancelaria o como una señal estratégica más amplia.

Primeras fricciones comerciales – Las aves de corral como precedente

Incluso antes de la prohibición por gripe aviar y la posterior guerra comercial de la era Trump, el comercio de aves de corral entre Estados Unidos y China no estuvo exento de tensiones. Para ofrecer un contexto histórico más completo, es importante señalar la significativa disputa en la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se desarrolló entre 2009 y 2013. En 2010, el Ministerio de Comercio de China (MOFCOM) impuso sustanciales aranceles antidumping (AD), que oscilaban entre el 50,3% y un asombroso 105,4% para algunos productores estadounidenses, y aranceles compensatorios (CVD) del 4,0% al 30,3% sobre los productos de pollo de engorde estadounidenses.8 Esto fue, en ese momento, la primera investigación “doble inversa” (antidumping y antisubvención) de China contra Estados Unidos.9

El impacto de estos aranceles fue inmediato y severo: las exportaciones de pollos de engorde estadounidenses a China cayeron casi un 90%.8 Estados Unidos desafió estas medidas en la OMC. En 2013, un panel de solución de controversias de la OMC falló en gran medida a favor de Estados Unidos, determinando que la imposición de aranceles por parte de China era inconsistente con sus obligaciones en la OMC y recomendando que China ajustara sus medidas para cumplir con las normas.8 Este episodio, sin embargo, estableció un claro precedente: los productos avícolas ya eran un área sensible y altamente disputada en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Demostró la disposición de China a utilizar medidas de remedio comercial en este sector y el impacto significativo que tales medidas podían tener en las exportaciones estadounidenses. Esta historia sugirió que las aves de corral probablemente serían un punto de conflicto recurrente en cualquier tensión comercial futura, ya que ambos lados contaban con un “manual de estrategias” de este enfrentamiento previo.

Sacan las garras: Aranceles, represalias y el pico de la guerra comercial

Las fricciones históricas en el comercio de aves de corral prepararon el terreno para que las patas de pollo quedaran atrapadas en la mucho más amplia guerra comercial entre Estados Unidos y China, que se intensificó significativamente desde 2018. Mientras la administración Trump imponía aranceles generalizados a bienes chinos, citando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual, China respondió de la misma manera, convirtiendo los productos agrícolas estadounidenses en objetivos prioritarios para represalias.10 Dadas sus dinámicas de mercado únicas y su historial previo, las patas de pollo inevitablemente quedaron en medio del fuego cruzado.

El bombardeo de aranceles no fue un evento único, sino una serie de medidas escalonadas que crearon un entorno complejo y cada vez más costoso para los exportadores estadounidenses de patas de pollo. Un documento clave para entender esto es el informe del Servicio Agrícola Exterior del USDA (FAS) CH2025-0031, que incluye una detallada “Tabla 2: Calendario de aranceles para carne de pollo y patas de pollo de EE. UU.”.12 Esta tabla detalla minuciosamente las diversas capas de aranceles aplicados a los productos avícolas estadounidenses, incluidos los correspondientes al código HS 0207.14.22 para patas de pollo congeladas.

La línea de tiempo de las principales imposiciones de aranceles chinos sobre las patas de pollo de EE. UU., basada en estos datos y otras fuentes corroborativas, dibuja un cuadro claro de una presión creciente:

  • 6 de julio de 2018: China impuso un arancel adicional del 25% a una lista de bienes estadounidenses, incluidos productos de pollo, en represalia por los aranceles de la Sección 301 de EE. UU.12
  • 24 de septiembre de 2018: Se aplicó un arancel adicional del 10% a otra lista de productos estadounidenses, que también incluía aves de corral. Este arancel estuvo sujeto a suspensiones y reinstalaciones posteriores, sumando incertidumbre al mercado.12
  • 2019: Continuaron los aranceles adicionales, con, por ejemplo, un arancel del 5% efectivo desde el 1 de septiembre de 2019, que también experimentó periodos de suspensión y luego reimplementación.12
  • 10 de marzo de 2025: Se produjo una escalada significativa cuando China implementó un arancel adicional de 15% a una gama de bienes estadounidenses, específicamente incluyendo carne de pollo y, como se lista bajo el código HS 0207.14.22, patas de pollo congeladas.12 Esta fecha, que aparece en múltiples anuncios y reportes oficiales recientes, marca una intensificación reciente.
  • 10 de abril de 2025: Apenas un mes después, China impuso un arancel adicional generalizado de 34% a prácticamente todas las importaciones estadounidenses restantes.12

El impacto acumulativo de estos aranceles escalonados, como se calcula en la Tabla 2 del USDA FAS para HS 0207.14.22 (patas de pollo congeladas), elevó el arancel total aplicado a un asombroso 70% por encima del arancel existente de Nación Más Favorecida (NMF) de 1,8 RMB/kg.12 Algunos reportes de principios de mayo de 2025 incluso citaron aranceles retaliatorios chinos sobre bienes estadounidenses que alcanzaban hasta el 125% para ciertas categorías de productos o como medida general, subrayando aún más las extremas barreras arancelarias que enfrentaban los productos de EE. UU.20

La siguiente tabla resume la escalada de aranceles específicamente para las patas de pollo congeladas de EE. UU.:

Tabla 1: Escalada de aranceles chinos sobre patas de pollo congeladas de EE. UU. (HS 0207.14.22) durante la guerra comercial

Fecha de entrada en vigorDescripción de la acción arancelariaTasa de arancel adicional impuesta (%)Tasa de arancel adicional acumulada (%) (Aprox.)Arancel total aplicado (Aprox.)Fuentes principales
6 de julio de 2018Represalia a aranceles de la Sección 301 de EE. UU. (Lista 1)25%25%25% + NMF12
24 de sept. de 2018Represalia a aranceles de la Sección 301 de EE. UU. (Lista 2)10%35%35% + NMF12
1 de junio de 2019Ajustes en las tasas arancelarias (algunos ítems de 10% a 20%/25%)Variable (hasta +15% sobre anterior)Hasta 50%Hasta 50% + NMF12
1 de sept. de 2019Represalia a aranceles de EE. UU. (lista de 75 mil millones)5% o 10% (patas probablemente 5%)Hasta 55%Hasta 55% + NMF12
14 de feb. de 2020Ajustes arancelarios del Acuerdo de Fase Uno (algunas tasas reducidas a la mitad)Tasas reducidas (ej. de 10% a 5%)Reducido desde el picoReducido desde el pico + NMF12
10 de marzo de 2025Nuevo arancel retaliatorio sobre bienes específicos de EE. UU. (incl. pollo)15%Alcanza ~36% (base NMF + previo + nuevo 15%)~36% + Arancel específico (1,8 RMB/kg)12
10 de abril de 2025Nuevo arancel retaliatorio sobre todos los bienes de EE. UU.34%Alcanza ~70% (base NMF + previo + nuevo 34%)~70% + Arancel específico (1,8 RMB/kg)12

Nota: El arancel de Nación Más Favorecida (NMF) para HS 0207.14.22 es de 1,8 RMB/kg. Las tasas acumuladas son aproximadas debido a las interacciones de aranceles ad valorem y específicos, y a suspensiones/reinicios no detallados completamente aquí. Las cifras de 2025 representan una reescalada significativa. Algunas fuentes (20) citan un arancel retaliatorio general del 125% por parte de China durante este periodo.

La reacción del mercado a estos aranceles punitivos fue, como era previsible, rápida y severa. Por ejemplo, en febrero de 2025, mientras estas nuevas amenazas arancelarias se cernían o comenzaban a entrar en vigor, las exportaciones de partes de pollo de EE. UU. a China se desplomaron un 69,4% en volumen y un 47,9% en valor en comparación con el mismo mes del año anterior.23 Esta caída inmediata y drástica demostró cuán efectivamente estas barreras comerciales podían bloquear el acceso de EE. UU. al mercado chino. El efecto acumulativo de estos aranceles escalonados y a menudo volátiles generó una enorme incertidumbre, alterando los flujos comerciales establecidos y obligando a las empresas de ambos lados a realizar rápidos cálculos estratégicos. Esta volatilidad, una característica distintiva de la guerra comercial, hizo que la planificación a largo plazo fuera casi imposible e incentivó a los importadores chinos a buscar fuentes de suministro más estables y menos políticamente conflictivas. Además, el enfoque en productos agrícolas como las patas de pollo, que tienen una demanda cultural única en China pero de los cuales EE. UU. depende en gran medida para exportar, sugiere una estrategia china calculada para ejercer presión sobre sectores específicos y políticamente relevantes de EE. UU., mientras aprovecha su propia capacidad para diversificar las importaciones de estos ítems específicos.

El giro estratégico de China: Diversificación, poder de precios y juego a largo plazo

A medida que las patas de pollo de EE. UU. se veían cada vez más afectadas por aranceles e incertidumbre política, China ejecutó un giro estratégico magistral. No se trató simplemente de aceptar pasivamente precios más altos; fue una reorganización activa y agresiva de sus cadenas de suministro de importación, evidenciando una notable agilidad y un profundo entendimiento de su propio poder de mercado.

Diversificación agresiva y exitosa de las fuentes de suministro:

El elemento más significativo de la estrategia de China fue su rápida diversificación alejándose de los proveedores estadounidenses. Esta medida protegió eficazmente a sus consumidores del impacto total de los aranceles y, al mismo tiempo, debilitó la posición negociadora de EE. UU. para este producto específico.

  • Brasil en ascenso: Brasil se convirtió rápidamente en el principal beneficiario de este cambio. Su cuota de mercado general para importaciones de productos de pollo a China pasó de un ya sólido 65% en 2023 a un dominante 70% en 2024, según datos del USDA FAS.12 El cambio fue aún más pronunciado para las patas de pollo congeladas específicamente. Las exportaciones de patas de Brasil a China aumentaron de aproximadamente 175.000 toneladas métricas en 2023 a unas estimadas 230.000 toneladas métricas en 2024.12 Un influyente artículo de Huxiu confirmó que para 2024, Brasil había reemplazado definitivamente a EE. UU. como el mayor proveedor de patas de pollo de China.1
  • El rápido ascenso de Rusia: Rusia también emergió como un actor importante en un periodo de tiempo asombrosamente corto. Sus exportaciones de patas de pollo a China se duplicaron con creces, disparándose de aproximadamente 50.000 toneladas métricas en 2023 a alrededor de 100.000 toneladas métricas en 2024.12 Para los primeros diez meses de 2024, Rusia había consolidado su posición como el segundo mayor proveedor de patas de pollo congeladas de China, enviando 80.000 toneladas valoradas en unos significativos 250 millones de dólares.24
  • Tailandia y otros aprovechan la oportunidad: Tailandia también vio aumentar su cuota de las importaciones generales de productos de pollo de China, pasando del 8% en 2023 al 11% en 2024.12 Sus exportaciones de patas de pollo a China prácticamente se duplicaron, de aproximadamente 10.000 toneladas métricas a 20.000 toneladas métricas en el mismo período.12 Más allá de estos actores clave, otros países como Argentina 7 y varias naciones europeas, incluida España 1, también aprovecharon el vacío dejado por el producto estadounidense cada vez menos competitivo. Esto demostró una respuesta de suministro global de base amplia, orquestada por la inmensa demanda de China.

La velocidad y escala de esta diversificación son evidentes en los siguientes datos:

Tabla 2: El gran cambio: Fuentes de importación de patas de pollo congeladas de China (Volumen en 1.000 MT y cuota de mercado estimada %)

País proveedorVolumen de importación 2023 (1.000 MT)Cuota de mercado aprox. 2023 (%)Volumen de importación 2024 (1.000 MT)Cuota de mercado aprox. 2024 (%)% Cambio en volumen (2023-2024)Fuentes principales
Brasil~175~42%~230~51%+31%1
Rusia~50~12%~100~22%+100%12
Tailandia~10~2%~20~4%+100%12
Estados Unidos~15~4%~5~1%-67%12
Otros~165 (estimado)~40%~95 (estimado)~21%-42%
Total (Aprox.)~415100%~450100%1

Nota: Las cuotas de mercado de 2023 están estimadas basadas en importaciones totales de ~415.000 MT (derivadas del total de 2024 menos el aumento de la cuota de EE. UU. en 2023). Las importaciones totales de 2024 de casi 450.000 MT provienen de.1 El volumen de “Otros” es estimado. Esta tabla muestra claramente cómo EE. UU. fue marginado mientras Brasil y Rusia crecían.

Ejercicio del poder de precios – La “presión inversa” (倒推定价):

Más allá de simplemente encontrar nuevos proveedores, los importadores chinos emplearon una astuta estrategia de precios. Como se detalla en el artículo de Huxiu a través de las experiencias de la importadora de carne Xu Juan, aprovecharon su significativo poder de compra y la urgente necesidad de los proveedores estadounidenses de deshacerse de un producto con pocos mercados alternativos.1 Frente a aranceles que harían las patas de pollo de EE. UU. poco competitivas, los importadores chinos negociaron exitosamente precios base más bajos con los productores estadounidenses. Esta “presión inversa” o “倒推” (dàotuī) en términos de fijación de precios obligó efectivamente a las empresas estadounidenses a absorber una parte sustancial de los costos arancelarios si deseaban conservar algún acceso al mercado. Esto fue posible porque los productores de EE. UU., sabiendo del valor mínimo de las patas de pollo a nivel local, a menudo estaban desesperados por realizar cualquier venta de exportación, incluso con márgenes reducidos.1 El informe del USDA FAS 12 también muestra que, aunque las patas de EE. UU. históricamente exigían precios más altos (alrededor de $5.400/MT en 2024), las patas de Brasil ($3.800/MT), Rusia ($3.200/MT) y Tailandia ($3.600/MT) eran significativamente más baratas incluso antes de los aranceles, lo que las hacía muy atractivas una vez que los aranceles incrementaron aún más los precios de EE. UU.

Demanda constante del consumidor y aversión al riesgo político:

La enorme y constante demanda interna de China por patas de pollo proporcionó un impulso constante para que los importadores aseguraran el suministro, independientemente de su origen.3 Este sólido mercado interno les otorgó ventaja sobre los proveedores estadounidenses, que tenían pocos otros lugares donde vender cantidades tan vastas a un precio premium. Además, como señala el artículo de Huxiu, la imprevisibilidad de la política comercial de EE. UU. durante este periodo llevó a los importadores chinos a favorecer cada vez más a proveedores de países percibidos como socios comerciales más estables y menos volátiles políticamente, desfavoreciendo aún más a los exportadores estadounidenses a largo plazo.1 Esta reestructuración proactiva de la cadena de suministro por parte de un comprador dominante, junto con la explotación de un mercado de compradores, mostró la capacidad de China para transformar un desafío comercial en un realineamiento estratégico que, en última instancia, sirvió a sus intereses.

El gallo estadounidense regresa al corral: Dolor en las llanuras (y en las plantas procesadoras)

Las maniobras estratégicas de China en el comercio de patas de pollo tuvieron consecuencias directas y dolorosas para los productores avícolas de EE. UU. y el sector de exportación agrícola en general. Lo que alguna vez fue un mercado sorprendentemente lucrativo para un subproducto estadounidense se convirtió rápidamente en una fuente de pérdida financiera significativa y disrupción operativa.

Cuantificando el impacto devastador en las exportaciones de EE. UU.:

Los números cuentan una historia cruda de declive. Las exportaciones de patas de pollo congeladas de EE. UU. a China, que alcanzaron las 133.700 toneladas métricas valoradas en 550,4 millones de dólares en 2022 4, comenzaron a caer en picado. Algunos análisis de la industria incluso situaron el valor de las exportaciones de patas de pollo de EE. UU. a China en 2022 más cerca de los 935 millones de dólares, constituyendo el 85% del total de 1.100 millones de dólares en exportaciones avícolas de EE. UU. al país ese año.6 Sin importar la valoración exacta, era innegablemente un comercio de nivel multimillonario.

Para 2023, el impacto se estaba haciendo evidente. Los datos de los primeros seis meses de 2023 mostraron que las ventas de patas de pollo congeladas de EE. UU. a China ya habían caído a 358,3 millones de dólares (65.200 toneladas métricas), una disminución significativa respecto al ritmo del año anterior.6 El informe del USDA FAS CH2025-0031 pintó un panorama aún más sombrío para el periodo subsiguiente, con su Gráfico 10 indicando que las exportaciones de patas de pollo congeladas de EE. UU. a China se desplomaron de aproximadamente 15.000 toneladas métricas en 2023 (año completo) a apenas 5.000 toneladas métricas en 2024.12 Esto representó un colapso de lo que alguna vez fue un flujo de exportación vibrante.

La cuota de mercado general de EE. UU. para todos los productos de pollo en China reflejó esta caída, reduciéndose del 17% en 2023 a solo el 11% en 2024.12 Las consecuencias inmediatas de las subidas arancelarias de 2025 fueron particularmente graves: las exportaciones de partes de pollo de EE. UU. a China en febrero de 2025 se derrumbaron un 69,4% en volumen y un 47,9% en valor en comparación con febrero de 2024.23

La siguiente tabla ilustra la fuerte caída en las exportaciones de patas de pollo de EE. UU. a China:

Tabla 3: La caída de las exportaciones de patas de pollo congeladas de EE. UU. a China (Volumen y Valor)

AñoVolumen de exportación (toneladas métricas)Valor de exportación (millones de USD)% Cambio en valor (año con año)% Cambio en volumen (año con año)Fuentes principales
2022133.700$550.44
2023 (Ene-Jun)65.200$358.3N/A (Año parcial)N/A (Año parcial)6
2023 (Est. Año completo)~15.000~$81 (Est. a $5.4k/MT)~ -85%~ -89%12
2024 (Est. Año completo)~5.000~$27 (Est. a $5.4k/MT)~ -67%~ -67%12
Feb 2025 (vs Feb 2024)-47.9%-69.4%23

Nota: Los valores de año completo de 2023 y 2024 están estimados basados en volúmenes de 12 y precio promedio de.12 Los cambios año con año para 2023/2024 se basan en estas estimaciones comparadas con los datos reales de 2022.

El costo humano y corporativo en EE. UU.:

Este colapso en el comercio no fue solo un fenómeno estadístico abstracto; tuvo impactos tangibles en las empresas y comunidades agrícolas estadounidenses. El artículo de Huxiu relató testimonios de importadores chinos, como Xu Juan, quien señaló que numerosas fábricas avícolas de EE. UU., altamente dependientes de los pedidos chinos para subproductos como patas de pollo, intestinos y mollejas, se vieron obligadas a cerrar operaciones o reducir drásticamente la producción.1

Representantes de la industria expresaron graves preocupaciones. Greg Tyler, presidente y CEO del Consejo de Exportación de Aves y Huevos de EE. UU. (USAPEEC), afirmó sin rodeos que la última ronda de severos aranceles chinos (algunos reportes indicaron aranceles retaliatorios tan altos como el 125% sobre bienes de EE. UU. 20) probablemente haría que los volúmenes de exportación de EE. UU. de tanto patas de pollo como otros tipos de carne de pollo a China “se acercaran a cero”.20 Esta evaluación contundente de un organismo líder de la industria destacó la percepción de la pérdida definitiva del mercado.

El dolor también se sintió a nivel de las granjas. Davie Stephens, un agricultor en Clinton, Kentucky, que cría pollos de engorde para Pilgrim’s Pride, expresó una profunda ansiedad por la pérdida de este mercado de exportación crucial, aunque poco convencional. Él, como muchos en el sector agrícola de EE. UU., reconoció que China era un mercado único para productos como las patas de pollo y ciertos despojos de cerdo, artículos que tienen pocos, si es que alguno, compradores alternativos dispuestos a pagar precios comparables.26

Los principales procesadores avícolas de EE. UU., como Tyson Foods, enfrentaron significativas repercusiones financieras y operativas. Más allá de la pérdida directa de ingresos por exportación –con una estimación sugiriendo un potencial impacto anual de 250 millones de dólares para Tyson si todas sus exportaciones de patas a China cesaran 4–, estas empresas tuvieron que enfrentar el desafío logístico y financiero de lidiar con un excedente masivo de patas de pollo. Las patas de alta calidad, alguna vez destinadas al consumo humano en China, ahora se estaban degradando a un grado de bajo valor para alimento animal. Esto no solo representó una pérdida significativa de valor, sino que también arriesgó sobrecargar sus instalaciones domésticas de procesamiento de alimentos para animales.4 Aunque el segmento de pollo de Tyson Foods mostró una mejora en los ingresos operativos en su informe financiero del segundo trimestre de 2025 debido a varios factores del mercado, la compañía reconoció explícitamente preocupaciones continuas sobre las políticas comerciales de EE. UU. y el potencial impacto negativo de los aranceles en su negocio de exportación.27

Las alternativas poco apetitosas:

Con el mercado de exportación principal efectivamente cerrado, los productores de EE. UU. se enfrentaron a opciones sombrías para sus montañas de patas de pollo. Podían incurrir en los costos de congelarlas y almacenarlas indefinidamente, apostando por la tenue esperanza de que las relaciones comerciales entre EE. UU. y China mejoraran drásticamente en el futuro, o podían venderlas por una miseria –una reducción del 90% en valor– a plantas de procesamiento para transformarlas en alimento para animales o ingredientes para comida de mascotas.4 Esta situación subrayó la aguda vulnerabilidad creada por la falta de un mercado doméstico significativo o destinos de exportación alternativos fácilmente disponibles para este subproducto en particular. La combinación de aranceles y, en ocasiones, restricciones relacionadas con la gripe aviar en ciertos estados de EE. UU. (6) creó una tormenta perfecta, acelerando la diversificación de China y dejando a los productores de EE. UU. soportando el peso de una guerra comercial librada con armas poco convencionales.

VII. Más allá del gall


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